Hace 16 años, Karina optó por no vivir una vida en los márgenes sino luchar por los demás. La oportunidad que tenemos para ganar Ciudadanía este año nos llama a tomar la misma decisión.
Karina Hernandez viajó a Washington DC este verano para exigir al Congreso de Estados Unidos un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes sin documentos como ella. Pero su lucha por los demás inmigrantes no empezó en su viaje al Capitolio, sino hace 16 años en su clase de educación física del quinto grado.
Karina llegó a los Estados Unidos a los diez años desde Veracruz, México. En la escuela primaria se burlaron de ella debido a su piel oscura, acento marcado y no saber inglés. Cuando se reían de ella le hicieron sentir que no pertenecía a este país.
En la clase de educación física, los demás estudiantes la excluyeron de los juegos y deportes. Muy seguido ella solo veía desde fuera de la cancha, en la banca, mientras el resto de los niños jugaban.
Sentada en la banca, viendo a los demás estudiantes, Karina se reflejaba que había venido a los Estados Unidos para tener una vida mejor, no para ser discriminada. Los demás estudiantes no eran diferentes a ella. Todos eran humanos y no tenían derecho a tratarle de manera diferente.
Allí, en la banca, decidió que no dejaría que le discriminaran más. Lucharía por ser incluida, es lo que hizo.
Karina se rebeló y se defendió. Relata una vez cuando un compañero de clase se burló de ella. Harta de la intimidación, Karina aventó un escritorio hacia él, tumbándolo. Pero también defendió a otros estudiantes. Cuando veía a otros estudiantes siendo acosados, intervenía y los defendía contra los acosadores.
Con el tiempo, Karina se dio cuenta de que herir o pelear con los demás no la hacía mejor que ellos. Llegó a entender que su lucha contra la discriminación era mucho más grande que cualquier cosa contra la que pudiera luchar con sus manos. Decidió tomar el camino correcto.
Ese camino la llevó a LUPE y eventualmente al Capitolio de los Estados Unidos.
Igual a Karina, todos nos hemos sentido excluidos en algún momento, como si estuviéramos en la banca de nuestra propia historia. Algunos de nosotros nos beneficiamos de DACA, pero aun así nuestro futuro es incierto: las cortes pueden quitar nuestra protección en cualquier momento. Muchos de nosotros fuimos excluidos de DACA. Y nuestros padres que nos trajeron aquí para un mejor futuro – ¿qué hay para ellos? Aparte de una larga vida de trabajo y de prevenir ser deportados.
Aquí en la frontera, ciertos políticos hambrientos de poder quieren dividirnos y excluirnos para mantener su poder. Estos políticos bloquean el progreso en cambios de leyes de inmigración. Nos dejan a nosotros y a nuestros padres sin documentos. Nos usan en sus juegos políticos para provocar a votantes con ansiedad y resentimiento racial.
Pero tenemos una oportunidad única este año de cambiar la historia: Los demócratas tienen el poder en Washington. Controlan la Casa de Representantes, el Senado y la Casa Blanca. Los demócratas pueden usar su poder para aprobar un camino a la ciudadanía para millones. Ellos pueden quitarle el poder a los políticos que quieren usarnos para mantener su poder.
Hace 16 años, Karina optó por no vivir una vida en los márgenes sino luchar por los demás. La oportunidad que tenemos este año nos llama a tomar la misma decisión. ¿Aceptaremos estar en la banca de nuestra propia vida? ¿O estamos dispuestos a luchar por un camino a la ciudadanía para nosotros, nuestros padres y los millones de hermanos y hermanas inmigrantes?
No nos dejaremos definir por políticos racistas que nos quieren seguir explotando mientras no tengamos documentos. Únete a la lucha con Karina y con LUPE y alza tu voz. ¡Un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes este año!