Cempasúchil. Color. Comunidad. Estas son las cosas que le daban la bienvenida a miembros de LUPE al evento anual del Dia De los Difuntos en el salón histórico de la oficina de San Juan. Este evento anual se enfoca en crear un espacio seguro y culturalmente significante para la comunidad de LUPE.
Aunque esta es una celebración para recordar a nuestros seres queridos que han fallecido, también es una oportunidad para hacerles homenaje a los que perdieron sus vidas en su lucha para el sueño Americano y el alivio para la comunidad inmigrante para seguir luchando hacia ese sueño.
Quizá ahora, más que nunca, la comunidad Latinx e inmigrante necesita espacios como estos. Espacios que nos permiten enseñar nuestras tradiciones de una generación a otra. Espacios que nos permiten compartir recetas de pan de muerto y tamales. Espacios que celebran la vida en vez del dolor de la pérdida. Espacios que crean el sentimiento de hogar y de pertenecer.

Tania Chávez Camacho, directora ejecutiva y presidenta de LUPE, compartió palabras de celebración y solidaridad durante su discurso para empezar el evento. Chávez reconoció que este evento era una celebración de nuestros seres queridos, pero también un momento para continuar el trabajo en comunidad.
“Hoy celebramos, y mañana trabajamos. Hoy celebramos, y el martes salimos a votar,” dijo Chávez.
Con las elecciones constitucionales de noviembre programadas para el martes después del evento, la directora ejecutiva de LUPE destacó la importancia de unirse a LUPE y participar en las elecciones. Chávez reiteró que el único camino a seguir es a través del poder colectivo.
“Y también se animen a organizar con nosotros. No somos unos, no somos cien. Somos millones, cuéntenos bien.”
Mientras que la gente echaba porras y aplaudían en solidaridad, Tania Chávez animaba a los presentes que se divirtieran en celebrar el día festivo y sus tradiciones, recordándoles la importancia de mostrar presencia. Nuestras creencias en la comunidad y su poder colectivo pueden tener efectos de largo plazo, pero debemos de estar dispuestos a permitir que nuestras voces sean tan fuertes y vibrantes como los colores de nuestra cultura y tradiciones. Que nuestras acciones sean tan obvias como los bailes de nuestra música.
Unidos como un pueblo ruidoso y orgulloso, juntos podemos hacer la diferencia. ¡Si se puede!




